Ágape y el Trastorno del Espectro Autista: Feria de Écija 2019.
La Feria de Écija, que este año se celebra entre los días 10 y 15 de septiembre, cuenta con muchas luces “venecianas”; 22 casetas, siempre pocas para los críticos -aunque en Lucena, con la misma población, hay solo ocho-, y autobuses hasta Villanueva del Rey, Cerro Perea y El Villar, pero no a Osuna. Menudeo aparte, la Feria presenta este año dos novedades que merecen análisis.
La supresión, durante dos horas en la tarde del jueves, de la música y de las luces de la zona de atracciones infantil supone un avance hacia la inclusión. Un paso ineludible. Las fiestas populares, y los diferentes actores que intervienen en su desarrollo, no deberían olvidar que las personas, diversas, tienen necesidades también diversas. Esta fiesta popular, convertida hace décadas en fiesta capitalista orientada al interés económico de unos cuántos propietarios, ignora e invisibiliza la diferencia en aras del beneficio. Si las luces y la música interesaban al negocio, la ausencia de las personas con trastornos del espectro autista en la fiesta (u otras personas y colectivos minoritarios) estaba justificada.
Gracias a la iniciativa de Podemos Écija y la aceptación de los diferentes grupos municipales, la Feria será este año un tanto más popular. Que no se interprete como victoria, sin embargo. La ausencia de música estridente y luces desagradables solo se producirá durante dos horas. El resto del tiempo, la Feria será un lugar inaccesible para demasiados pequeños a los que todavía no se ha garantizado el derecho a disfrutar. Si la democracia reside en el respeto y la participación de las minorías, y no en la victoria aplastante de la mayoría, queda mucho por hacer.
Otra cuestión de inevitable análisis es la incorporación de un protocolo de actuación frente a la violencia machista. Tras meses de trabajo, la asociación Ágape Écija ha conseguido reunir personas voluntarias que, con el beneplácito de las autoridades, actuarán como intermediarias entre las fuerzas de seguridad y las mujeres que pudieran verse afectadas por agresiones en el recinto ferial. La iniciativa, que ya se ha puesto en práctica en diferentes ferias y fiestas multitudinarias del país, combate en dos flancos: uno, contra la propia violencia cotidiana, de la casa y de la noche, que destroza la vida de tantas mujeres.

El otro, contra los actuales discursos negacionistas del conservadurismo español, que trata de conformar una opinión pública, una opinión mediática aturdida, que confunda sin pudor machista con intrafamiliar, realidad con ficción. Frente a la manipulación de las élites, Ágape y otras tantas ofrecen organización, resistencia y guerrilla en la calle, en la Feria. Bravo por ellas.
Por Miguel Ángel Laguna.
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Estas medidas constituyen avances muy necesarios en nuestra sociedad. Gracias a las personas que hacen realidad estos progresos.
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